Ojeras oscuras: causas y tratamientos

Las ojeras oscuras son una alteración muy común que se manifiesta como un tono más oscuro bajo los ojos, dando a la mirada un aspecto cansado o envejecido. Se producen porque la piel en esta zona es muy fina y delicada, lo que hace que la acumulación de pigmento, la dilatación de los vasos sanguíneos o incluso la pérdida de firmeza sean mucho más visibles. Entre sus principales causas se encuentran factores genéticos, falta de descanso, envejecimiento natural, estrés, mala circulación, alergias, exposición solar sin protección y hábitos poco saludables como el tabaco o la deshidratación. Aunque forman parte de la expresión del rostro, existen múltiples formas de tratarlas y prevenirlas: desde el uso de cremas despigmentantes e hidratantes específicas, hasta tratamientos médico-estéticos como láser, rellenos con ácido hialurónico o peelings químicos. Con cuidados constantes y un estilo de vida saludable, es posible reducir su apariencia y recuperar una mirada más fresca, luminosa y rejuvenecida

Las ojeras oscuras aparecen por una combinación de factores que afectan directamente a la piel del contorno de los ojos, una de las zonas más finas y sensibles del rostro. En muchos casos, su origen es genético, ya que la predisposición a tener una piel más delgada o una mayor pigmentación en esta área puede heredarse. Otra causa frecuente es la falta de descanso, que provoca una mala oxigenación y favorece la dilatación de los vasos sanguíneos, generando un tono azulado o morado. El envejecimiento natural también influye: con el paso del tiempo se pierde colágeno y grasa en la zona, lo que hace más visibles las estructuras vasculares. Además, el estrés, la deshidratación, las alergias, la exposición solar sin protección, el tabaquismo y la mala alimentación pueden intensificar su aparición. En conjunto, estos factores hacen que la piel bajo los ojos se vea más oscura y apagada, contribuyendo a una mirada cansada y menos luminosa